Maltrato a ancianos: se define como cualquier acto que, por acción u omisión,
provoque un daño físico o psicológico a un anciano por parte de la familia o
cuidador. Incluye agresión verbal, física, descuido de su alimentación, abuso
financiero, amenazas, etc.
Maltrato a las mujeres: Cuando hablamos del maltrato hacia las mujeres, algunos
especialistas prefieren referirse al síndrome de la mujer maltratada. Si
bien hay un importante número de hombres golpeados, la gran mayoría de los
casos se tratan de personas de género femenino. Desde el punto de vista de
las estadísticas, ocurre en todas las edades pero se destaca en primer lugar
entre los 30 y 39 años, luego entre los 20 y 29 años y más tarde entre los 40 y
49 años, le sigue entre los 15 y 19 años, para finalizar con las mayores de 50
años. Las mujeres casadas constituyen un 66% del total, el reto lo componen
novias, ex parejas, conocidas, amantes, amigas, etc.
la mayor vulnerabilidad femenina no
solo se debe a causas físicas, también incide en que las mujeres suelen
concentrar en la mayoría de los casos, la mayor carga y responsabilidad en
la crianza de los hijos, además por diferentes cuestiones culturales condensan
las tareas hogareñas y mantienen una mayor dependencia económica como cultural
de los hombres. Una mujer que abandona su hogar se encuentra en mayor
riesgo que un hombre, pero debe tenerse en cuenta que las mujeres que
dejan a sus abusadores tienen un 75% más de riesgo de ser asesinadas por el
abusador que aquellas que se quedan conviviendo.
Maltrato a los niños: en el caso de los niños como en otros casos de violencia se da
una relación de vulnerabilidad. Claramente los menores muestran inferiores
recursos para defenderse de lo que les puede hacer un adulto. Además se
debe considerar el daño emocional y los efectos a corto y largo plazo que
provocan los maltratos.
En algunos casos se trata de
golpeadores que fueron maltratados en su propia infancia (56.7% de los
casos totales), al intervenir patrones de repetición de los modelos de
crianza parentales en los diferentes tipos de castigos administrados a sus
hijos, pero no ocurre de este modo necesariamente. También cabe considerar que
muchos padres perciben como justos los castigos implementados, o perciben la
desproporción del castigo ofrecido con las supuestas faltas cometidas, que se
justifica de alguna manera (por los nervios, la pobreza, etc.). Es considerable
que los mismos adultos golpeadores suelen manifestar y percibir que han
golpeado a sus hijos en muchas menos ocasiones de lo que realmente lo hacen. Si
bien, algunos adultos golpeadores suelen manifestar algún afecto posterior como
arrepentimiento o lástimas, en muchos casos se trata de padres que están a
favor del castigo físico, que se emplean para "corregir" a los hijos.
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